miércoles, 4 de abril de 2007

Pasando páginas...

Amanece el día temprano, al menos temprano para estar de vacaciones. A pesar de todo, voy con ganas e ilusión, voy porque me apetece, por fin, poner los pies en ese lugar. Quizás porque hay cosas que, aunque no hayan dejado de estar ahí, si que han dejado de tener cierta importancia. Me siento feliz por eso, sé que es bueno para mi, que es positivo, que me ayuda a pasar páginas de ese capítulo para ver si poco a poco se va cerrando.
El trayecto se me hizo corto, estuve cantando bastante rato, qué digo cantando... más bien estuve gritando... De todas, hubo una canción que me hizo recordar un concierto, un concierto que fue especial en su momento, sin embargo no me hizo ponerme triste ni melancólica, me hizo gritar con más fuerza y creerme la letra, es como si fuera una ayudita que mi ángel de la guarda me envió por la radio para hacerme el día más fácil, es "Ella" de Bebe.
Cafelito por la mañana y comida tranquila con una familia realmente especial, empezó Juanje colándose en mi vida y haciéndose casi imprescindible, y ahora todos os habéis ganado un sitio importante, gracias Mabel, Juan y Pauli por hacerme sentir siempre como en casa, sois estupendísimos y como diría Juanje... ¡¡¡¡ A comeros el pollo!!!! Ale, a ver si la próxima vez coincidimos más tiempo, cuidate.
Tras una sobredosis de cafeína que me puso más eléctrica que una moto, nos fuimos a la playa, a San Jorge, es un sitio muy lindo, me gusta más así, sin gente que en verano, es más entrañable.
Juanje, la próxima vez no dejes entrar a los bichos en el coche por favor... Si es que vaya tardecita...entre los bichos, la sesión de fotos, los zapatos en la antena del coche, los baches, los caminos de tierra, el campo a través, los "toxos", más fotos, las ramas del pinar, la cámara perdida, los donuts, las cocacolas (más cafeína nooooo)... pues fue una tarde especial: especial por compartirla contigo, que todo lo que "tocas" lo conviertes en mágico; especial porque una parte de mi iba con mucho miedo, y desapareció como las aspirinas efervescentes; especial porque hacía mucho tiempo que quería volver a ese lugar, a ese pinar, a ver esas vistas; ESPECIAL porque cuando estás con alguien para quien la palabra A M I S T A D se escribe siempre con letras de colores cualquier cosa se convierte en MOMENTO (de esos que tú y yo hacemos colección) y que sabemos que se convertirán en grandes recuerdos. No hay palabras para decirte Gracias, ya lo sabes.

1 comentario:

Unknown dijo...

A-M-I-S-T-A-D...tk kiero un huevo Ángeles!