miércoles, 11 de abril de 2007

Habelas hailas...

A veces creo que nada ocurre por casualidad, aunque sea la cosa más sencilla. Normalmente no nos damos cuenta o no nos percatamos de eso, pero muchas veces la cosa más absurda acaba dando lugar a cosas inesperadas.
¿Cómo el simple hecho de romper el móvil puede ocasionar que despierte algo que creías dormido? Pues sí, metafóricamente así fue. Hace unos días se me cayó el móvil al suelo y, tras una lenta agonía de 48 horas se murió literalmente el pobre… D.E.P.
Algo tan simple como eso desencadenó lo que me antojo en llamar “jugada del destino”. Al usar el móvil viejo encontré un número que creía borrado, perdido y olvidado; mas no, allí estaba, guardado, sin yo saberlo… un número de una persona que hasta hace unas horas estaba a 1000 km de distancia y a un año luz de mi vida.
Una persona que se cruzó en mi vida por casualidad y así como llegó se fue “sin hacer mucho ruido”. Una persona que durante un tiempo se había convertido en alguien cercano, habitual, importante, cotidiano,"constante” y casi imprescindible. Había un gran sentimiento de cariño, por ambas partes. Luego, la vida, que para eso es vida, puso algo en su camino que hizo que poco a poco fuera durmiéndose en algún rincón de mis recuerdos.
Hace tres días que le doy vueltas a ese número, sin saber muy bien qué hacer: si llamar, si borrarlo, si qué… pero salió mi Yo, mi Yo auténtico, el impulsivo, el decidido, el que muchas veces no piensa (y así me va), pero sin embargo el Yo de verdad, ese que digo que últimamente me cuesta encontrar, y llamé…
Llamé. Comunica. ¿Decepción? ¿Casualidad? ¿? En unos minutos suena el teléfono y eres tú.
Me encantó haber marcado y que hayas llamado, me encantó escuchar tu voz suave, me encantó la reacción al saber que era yo, me encantó que también guardes ese recuerdo de todo, me encantó escucharte como si hubiera sido ayer la última vez que hablamos…
Llevo toda la tarde dándole vueltas… Vueltas a ver como, a veces en la vida, reencontramos cosas que creíamos perdidas para siempre, y nos damos cuenta de que la vida nos sigue sorprendiendo… Vueltas a como, en ocasiones, cosas sencillas desencadenan otras grandes e importantes…Vueltas a darme cuenta de que todo el mundo deja huella en nosotros, y que esas huellas no se borran por mucho que llueva encima.

En el trabajo esta tarde alguien que me conoce muy bien me miró a los ojos fijamente y me dijo: “¿Estas contenta hoy? ¡Cómo sonríes! ¡Qué alegre estás hoy!” Y me paré, le miré, y sus ojos me dijeron que lo decía de verdad, porque de verdad lo veía, y le dije: “Si, estoy contenta hoy, la verdad que sí”. Me sorprendí dándome cuenta del tiempo que hace que no me oía decir eso. En nuestro caminar no siempre hay arena en el camino, muchas veces hay piedras que nos hacen tropezar y caer, y cuesta volver a caminar erguido, mirando las flores que tenemos alrededor...
Me gusta encontrar mi Yo de verdad y ver que también lo encuentran los demás. Está saliendo despacio, poquito a poco, sin prisa pero sin pausa, con pequeños empujoncitos para afianzarse y permanecer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces yo también creo en el destino, las casualidades y q las cosas pasan por algo. Quizá lo haga por darle alguna razón o explicación a esas determinadas cosas que no logras encontrarsela de una forma mas coherente.
Lo realmente importante de éstas q pasan sin saber por qué y te sorprenden, es q te hacen sentir bien...y esas son las pequeñas-grandes cosas q hay q saber disfrutar y q como dice Pasión Vega, son las COSAS Q HACEN Q LA VIDA VALGA LA PENA...

un besazo enorme y cuidate esa espalda!

Anónimo dijo...

Te debía un comentario y escribirlo aquí me parece la mejor opción...
No sé cual es tu verdadero Yo, posiblemente tp sepa cual es el mío, pr sí q sé q puedes hacer feliz alguien solamente con un "hola", sé q eres una persona q deja huella en los demás, siento q debes transmitir tranquilidad y alegría solamente viendote sonreir o escuxandote reir...
La gente q pasa x tu vida y deja huella debería sentirse afortunados, yo soy gracias al destino porque t puso en mi vida, espero seguir teniendo la oportunidad d conocerte.
Gracias x cuidar d pitu y ya nos veremos x msn pa seguir cotilleando...
Besines

Anónimo dijo...

Nada ocurre porque sí, todo ten o seu por que, o que pasa é que poucas veces nos paramos a pensar nas situacións, pero si o facemos dámonos conta de que todo ten sentido.
Oxalá atopes o teu espíritu, o que añoras, o que nos facía disfrutar á maioría dos que te coñecemos, o que facía "tolear" a outros, jaja, pero distintas circunstancias teñen ese espíritu un pouco "oxidado"; así que adeus a esas circunstancias e que volten esas ganas de TODO.

Anónimo dijo...

No sé a quien tendremos que dar gracias por tu sonrisa, si al cielo, al movil, a las meigas...el caso es que me alegro muchisimo de que vuelva esa sonrisa a tu cara, de que por fin te la vuelvas a poner por las mañanas y lo más importante, que te la creas, que tú misma te creas eso de: "¡¡¡que contenta estoy!!!". Adelante nena, para atrás ni para coger impulso!! bikiños