domingo, 29 de abril de 2007

Siendo puerto...

Mirando esta foto y pensando en como me he sentido estos días me sale decir esto: A veces pienso que nuestra capacidad de trabajo, de emplear nuestra fuerza y nuestra energía en algo, es inmensa, mucho mayor de lo que pensamos; lo que pasa es que no todos los días de nuestro puerto salen a faenar todos los barcos…
Hay temporadas más fuertes que otras de trabajo, temporadas donde la cabeza está creando continuamente, dándole vueltas a buscar la forma de solucionar una u otra cosa, de encontrar una actividad que, de verdad, le de sentido a esto que quieres transmitir, a encontrar la forma de hacer las cosas amenas a los demás… temporadas donde tú también te estás formando, donde tienes otras ocupaciones o preocupaciones… temporadas donde hay demasiados barcos faenando.
Mientras los barcos están faenando el puerto está tranquilo, sin apenas actividad, y es como si nosotros mismos fuéramos capaces de tirar y tirar con esa situación, tenemos las fuerzas suficientes.
En la oscuridad y tranquilidad de la noche, cuando llega la calma de que los barcos estén amarrados y la actividad cesa… es cuando el puerto se siente cansado, siente de verdad cuanto le aprietan las cuerdas de los barcos a él amarrados, aunque los barcos ya no estén cargados de pescado, aunque nosotros ya no tengamos actividad. Necesita, el puerto, entonces la luz del faro que le acompañe en el pasar de la noche, en el descanso, para que las cuerdas dejen de apretar.
Otras veces aparece la tormenta, la marejada, y los barcos no pueden faenar. En el puerto se hacen presentes con cada una de las cargas que traen encima, es entonces cuando nos pesa todo más, nos pesa y nos estresa también, nos cuesta tirar de todas las cuerdas, mantenerlas sujetas a puerto… flaqueamos… nos hacemos débiles y nos sentimos un pequeño puerto dentro de este mar tan grande.
Es preciso entonces dejar que cese la tormenta, para poder volver a faenar, es necesario que la tormenta escampe, que nos deje ver el sol otra vez, que nos deje salir a faenar con todos nuestros barcos, y hacerlo bien y llenar las redes de proyectos realizados, de cosas llevadas a cabo, con mayor o menor éxito, pero con las mismas fuerzas y ganas e ilusión con las que salimos a la mar.

Necesitaba aflojar un poco las cuerdas que me apretaron las dos últimas semanas… estoy en ello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es super bonito lo q has escrito...cuanta razon tienes