La gente suele decir que las casualidades no existen, yo creo que sí, que son como soplos de aire que aparecen de golpe, sin ser llamados, para dar luz a un momento o situación que hubieran pasado desapercibidos sin más.
Y cuando uno de esos momentos es tocado por la varita mágica de la casualidad de repente todo cambia, para bien o para mal, pero cambia... a veces, incluso saltan chispas...
- Chispas de aire fresco que hacen más vivas las miradas y las colman de alegría...
- Chispas de agua que inundan los ojos de lágrimas contenidas...
- Chispas de fuego que queman ilusiones creadas...
- Chispas de tierra que entierran recuerdos que se habían mantenido vivos.